Onomástico con American Coffee.



By Aymara (¡Catalina!) Lorente


Las plantas se empinan alargando embelesadas sus hojas semidormidas.  Con cierta indiferencia miran caer la lluvia de un mundo exterior que no les alcanza.  No se sienten solas, hoy les guardo compañía aquí en este ambiente de paz que hemos creado, en el letargo de una primavera más que añorada por las apresuradas aves viajeras. 

La casa huele a puro coffee Americano bautizado con crema de avellanas.  Me paseo con mi taza preferida cerca de los retratos familiares. ¿Por qué no nacen ya muchas personas como ellos?  Esos seres antediluvianos que  nos inyectaron su natural disposición, el calor de sus almas ingenuas, pertenecen a otra casta.  Ellos no pudieran reconocer a algunos de los nuevos seres-retoños, no comprenderían su indiferencia hacia lo realmente valioso, su impaciencia, y su ferocidad por lo insignificante. 

Gracias al espíritu atrapado en estas fotos, aprendí a distinguir lo importante de cada nuevo día.  Ellos, padres, tíos y abuelos, me mostraron como  desplazarme por mi misma, y a mirar solo hacia el horizonte que se dibuja en la distancia, nunca hacia lo perdido, o al camino de otros.  Por ellos disfruto cada viaje por este mundo y la buena compañía; impregnándome del aroma de cada situación o lugar visitado, procesando las nuevas experiencias adquiridas.  Sobre todo, son sus ejemplos los que me guían, hasta en el más simple de los momentos, en medio de la apreciada cotidianidad, donde puedo deleitarme con cada sorbo del café nuestro, o de este otro que es una bendición, y que ya nos pertenece.


  






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