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Showing posts from June, 2014

Nosotros y ellos

Por Aymara Lorente Después de leer el artículo de Andrés Reynaldo La lengua cautiva, publicado en El Nuevo Herald, experimenta uno la satisfacción, y también el consuelo, de sentir que no se encuentra totalmente solo en lo que al asunto de Cuba se refiere.  Este es uno de esos trabajos donde nos podemos recrear en la forma y el contenido.  Sin utilizar un lenguaje o estilo simple, Reynaldo logra comunicar claramente, no solo su pensamiento sobre el tema, sino también las consecuencias de lo que la actitud de los castristas trasplantados a tierras de libertad pretende, y desgraciadamente en un gran porciento, está logrando hacer.  Y es precisamente eso: intimidar y coaccionar para poder campear libremente por su respeto, sin que nadie les critique su actitud parásita, y su falta de principios. Hoy conversaba con una amiga que reside en La Florida, y le decía que, aunque no vivo en Miami, desde lejos he podido darme cuenta que todo lo que expone Reynaldo es cierto, porque además m

El Museo Sorolla de Madrid, y algunas memorias turbias de La Habana

Por Aymara Lorente Nunca imaginé cuando era estudiante, y vagaba a solas por las salas del Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, (como parte de mi inconsciente y sistemática evasión del ambiente de manipulación que nos rodeaba en Cuba), que un día visitaría la casa museo de Joaquín Sorolla en Madrid.  Este es un lugar muy especial porque uno, además de apreciar las increíbles obras del artista, a través de éstas y de la contemplación de los numerosos objetos y muebles que pertenecían a la familia, se llena del calor original de ese hogar, y del profundo amor que Sorolla profesaba por la investigación, la creación artística, y por sus seres queridos.  Muchas de las obras de Sorolla son retratos de su esposa e hijos, y también autorretratos.  Por ello, a propósito o no, dejó plasmados en esas imágenes el diario acontecer del hogar, así como sus viajes a diferentes playas, especialmente de Valencia, y otros lugares preferidos.    Mientras caminaba por las habitaciones de la