Disquisiciones sobre la felicidad. (A place for us)
Por Aymara
Lorente
Desde hace
varios días me dan vuelta en la mente estos temas referidos al sentimiento de
felicidad, y también cuál seria para nosotros el mejor lugar bajo el cielo,
donde nos sentiríamos mas a gusto. Enseguida empecé
a recordar la canción “Somewhere (A place for us)” del musical West Side Story,
porque muchas veces asociamos nuestra
felicidad o infelicidad con el lugar donde vivimos o aquél que está reservado
para nosotros, aguardándonos.
Pienso
que también la infelicidad es un sentimiento que en muchas ocasiones se asemeja
y viene unido al concepto de soledad, que no tiene necesariamente que ver con
la compañía o la realidad física. A
veces estamos rodeados de personas y nos sentimos espiritualmente solos. Una imagen que siempre me acompañará en la
vida es aquel momento en que me despedía, al término de una visita a mi hermano
y su familia en Cuba, después de la muerte de mi padre. Recuerdo que, en el momento en que nos debíamos
separar en el aeropuerto, estaban
delante de mi cuatro miembros de mi familia, (solo faltaba en ese grupo mi sobrina mayor),
eran mi hermano, su esposa, el bebito de 18 meses y la niña de 4 años, y cuando les
iba a dar la espalda, esta ύltima me dijo:
Tía, no nos dejes solos. Fue sencillamente impresionante lo que ella expresó con esas palabras, porque en
realidad yo era la que me iba sola, pero el sentimiento de desamparo y
aislamiento que representaba vivir en Cuba en la década de los 90 era mucho
mayor, más poderoso y aplastante que la fuerza de aquel conjunto familiar de
cuatro personas. Quizás por unos pocos días,
yo les había ofrecido una compañía que traía consigo la alegría y los aires de
un mundo diferente. Por otra parte, he experimentado en muchas ocasiones que el hecho de no tener personas conocidas alrededor no tiene que necesariamente
llevarnos a esa infeliz soledad del alma; estar solos no siempre nos conduce irremediablemente a sentirnos
tristes o abandonados; como tampoco estar en medio de un grupo nos garantiza
felicidad, ni sentirnos acogidos o acompañados, como fue el caso de lo que quiso
decir en aquella situación mi pequeña sobrina.
Hace
unos años conversaba con alguien que tenía puestas todas sus esperanzas para
sentirse mejor en la posibilidad de vivir en otro sitio. En aquella ocasión recuerdo le dije que me parecía
que si no resolvía sus problemas internos, sus conflictos personales, posiblemente
no podría ser feliz en ningún lugar del
mundo. Pensé que podía ayudarle con esa idea
porque ciertamente considero que, si no estamos conformes con nosotros mismos,
nada ni nadie podrán hacernos felices.
En mi
manera de ver las cosas, no importan las circunstancias que nos rodeen, siempre
y cuando estemos viviendo cada día de acuerdo a nuestros propios valores y
principios, y tomemos responsabilidad por nuestras vidas y nuestras acciones con valentía y optimismo. Esto a veces no
resulta fácil para algunas personas, pero creo es la única forma de poder
enfrentar y disfrutar nuestra corta estancia en este hermoso y retador planeta,
amparados por la fe en Dios y en nosotros mismos.
Aunque
no se ajuste totalmente al tema o a mis ideas sobre el mismo, aquí incluyo la canción
que me ha acompañado en estas disquisiciones.
"Somewhere (A Place for Us)"
music by Leonard Bernstein; lyrics by
Stephen Sondheim
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There's a place for
us,
Somewhere a place for us. Peace and quiet and open air Wait for us Somewhere.
There's a time for us,
Some day a time for us, Time together with time to spare, Time to look, time to care, Someday! Somewhere. We'll find a new way of living, We'll find a way of forgiving Somewhere.
There's a place for
us,
A time and place for us. Hold my hand and we're half way there. Hold my hand and I'll take you there Somehow, Someday, Somewhere! |
(tomado de
reelclassics.com)
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