El mundo irreal
Por Aymara Lorente
No sé si algunos se estarán preguntando lo mismo que yo: ¿Cómo sobrevivir en este mundo irreal? Posiblemente en otros tiempos esa frase de mundo irreal podria asociarse con la creatividad y la imaginación, pero nada más lejos de la verdad, en este caso. Siempre he pensado que no hay nada más hermoso e indispensable para el espíritu que dedicar parte de cada día a crear algo relacionado con nuestro talento natural. Todos estamos equipados con uno o varios dones especiales, cosa que es una gran bendición. No hay nada mas bello, para mi, que ver el resultado del trabajo de un ser humano hecho realidad. Ya sea lo que produce y logra un carpintero, un maestro, una pintora, un chef, una costurera, un programador de computadoras, una arquitecta, o un escritor. Pero desde hace algunos años nos hacen creer que siguiendo los "trends" de la tecnología nos convertimos en seres superiores y creativos. En la mayoria de los casos ocurre totalmente lo opuesto porque casi todos los seres humanos, desde nosotros los adultos, asi como los jóvenes y, más que nadie, nuestros niños, nos vamos transformando en autómatas seguidores de "verdades" y tendencias virtuales. Corremos el riezgo de convertirnos en marionetas robóticas, guiadas por hilos invisibles que nos atan a las pantallas, a un mundo irreal. Dejamos de observar el entorno y las personas que nos rodean, perdemos el interés por todo aquello que nos hace humanos.
Poco a poco la tecnología nos ha ido envolviendo y arrastrándonos hacia ella para que dependamos de sus redes tanto como del oxigeno que respiramos. Y, como anillo al dedo, le vino la asistencia inmensa de la actual pandemia que nos hizo caer por necesidad, de cuerpo entero, en los enormes tentáculos de esas intrusivas entidades tecnológicas. Por varios meses, sobre todo al principio de esta hecatombe mundial, muchos dependíamos de la internet para ordenar y obtener los más elementales medios de subsistencia, y también para recibir el saludo y el abrazo virtual de nuestros familiares y amigos. Hay que agradecerles a esas grandes compañias parte de nuestra supervivencia, pero no olvidemos que su "asistencia" los hace monstruosamente poderosos al influenciar directamente nuestro pensamiento, nuestras opiniones, la capacidad de selección y análisis, y, en consequencia, nuestras acciones. Yo siento que ese dominio sobre nuestras vidas es, sencillamente, aterrador. Es un fenómeno sin precedentes en la historia de la humanidad porque esa influencia total se encuentra en cada hogar, en las manos y la mente de cada individuo. Un control demasiado cercano y generalizado, que no tiene ni siquiera que tocar a nuestras puertas. Esas enormes corporaciones conviven con nosotros, nos espian y analizan, para su crecimiento y beneficio, nuestros gustos y forma de ser, logrando así, al mismo tiempo, irnos moldeando, dominando. Pareceria que estuvieramos describiendo una historia de ciencia ficción, pero la realidad tecnológica ha superado todos los relatos, filmes y obras de autores y artistas quienes han usado su talento para enriquecer nuestra imaginación; sin embargo, las compañias tecnológicas nos aturden y envuelven para lograr ganancias monetrarias y poder, mientras que pretenden ser abanderados del avance de la humanidad y de la bondad altruista. Una gran falasia que sus creadores y CEO's enarbolan para justificarse y sentirse como salvadores, seres humanos superiores y nobles, cuando en realidad se enriquecen a través de la dominación del comportamiento de todos nosotros. Ellos son mas poderosos, cada día, y nosotros mas obedientes y ciegos. Nos han ido transformando en una masa homogénea que se cree super cool, ultramoderna, progresista y de avanzada; cuando en realidad cada dia somos más sumisos porque nada objetamos a lo que nos ofrecen, y sólo nos vamos convirtiendo en seguidores de tendencias y poseedores de artefactos que ellos van creando y nosotros adquirimos, pagamos y popularizamos. Las perfectas obejas consumidoras del campo tecnológico y digital. Un triunfo total para los que sostienen y mueven nuestras cuerdas de marionetas deshumanizadas y ostentosas. Ellos, los emperadores que se creen sobrehumanos y parte de una nueva especie de redentores o mesías, no andan con gastadas sandalias y simples túnicas, todo lo contrario, vuelan en jets privados y navegan en super yates, mientras hablan de proteger el medio ambiente. La realidad es que, concientemente o no, han derivado en megalomaníacos tiranos que muy poco se diferencian, en la práctica, de los peores líderes sociales y políticos, del pasado y el presente, que han querido controlar a países y al mundo, tratando de destruír la voluntad y la rica individualidad del espíritu del hombre.
Comments
Post a Comment