Luz
Una
palabra…en español.
No.1
Luz
Por Aymara Lorente
La libertad adoro y el derecho.
Odios no sufro, ni pasiones malas:
Y en la coraza que me viste el pecho
Un águila de luz abre sus alas.
José
Martí
(Fragmento de su poema Cual de Incensario Roto…)
Andaba desde hace algún tiempo
buscando la palabra apropiada para iniciar y dar vida a una idea que imagino
como una serie de breves soliloquios, pero que en realidad es sólo un pretexto
para usar y explorar el vocabulario de mi idioma natal, el español. Unos días
atrás comenzó a presentarse ante mis ojos, recurrentemente, esa palabra, a
través de varias evidentes señales. La
primera ocasión que atrapó mi atención fue cuando releí una nota informal de
agradecimiento que escribí a una buena amiga. Finalizaba la nota expresando cuatro simples
palabras que encerraban la verdad de mis sentimientos: “gracias por tu
luz”. En esa ocasión no tomé consciencia
de que ésta podría ser la inspiración para mi primera incursión en el homenaje
exploratorio al rico idioma que escuché al arribar a este mundo.
En pocas horas reapareció, aun
con un brillo más sugerente, en un
artículo sobre uno de mis pintores preferidos. En el periódico ABC de España leía
el titular A la luz de Joaquín Sorolla, escrito un par de meses atrás por Delfín
Rodríguez. Ese trabajo hablaba de una muestra en la casa del pintor en Madrid,
lugar que hace poco tuve la oportunidad de disfrutar, y que me motivó a
escribir una crónica para este blog. El artículo de Rodríguez, más que una
promoción de la exposición de Sorolla, era un reconocimiento y alabanza a la
luz que creaba en sus obras, comparándola con el logro, o resultado, de una
mirada fotográfica.
Sin yo sospecharlo, pero como para disipar
totalmente mis dudas sobre la palabra apropiada, empiezo a leer al azar, entre
tantos libros para escoger en casa, Hombres Buenos de Arturo Pérez-Reverte (Alfaguara,
2015, edición de Penguin Random House Grupo Editorial). En la página que da
inicio a la novela el autor la utiliza en dos ocasiones. Citaré el primer párrafo desde el comienzo, y
hasta un par de palabras más allá de donde aparece, por primera vez, en la página
ese vocablo porque tanto el estilo narrativo como el tema son realmente
encantadores en su deslumbrante y humana sencillez. En él escribe Pérez-Reverte: “Imaginar un
duelo al amanecer, en el París de finales del siglo XVIII, no es difícil. Basta
con haber leído algunos libros y visto unas cuantas películas. Contarlo por
escrito es algo más complejo. Y utilizarlo para el arranque de una novela tiene
sus riesgos. La cuestión es lograr que el lector vea lo que el autor ve, o
imagina. Convertirse en ojos ajenos, los del lector, y desaparecer
discretamente para que sea él quien se las entienda con la historia que le
narran. La de estas páginas necesita un prado cubierto por la escarcha de la mañana
y una luz difusa, grisácea,…”. Creo que
lo mejor que puedo hacer después de compartir tanta artística sutileza es
escribir: sin comentarios. El autor, con su maestría, lo dijo todo. Quedó confirmada entonces la palabra/tema. Pues
a seguir la luz, me dije. Aunque en realidad fue ella la que me alcanzó, como
ven, en más de una ocasión. Eso sin
contar que cuando hablo con Dios, lo único que pido para mí y los que amo es
que nos ofrezca su luz, que la vierta ante nosotros para que podamos ver con
mayor claridad el camino.
Hay palabras que son bellas sólo por su musicalidad, pero siento que
hay otras que reúnen un doble interés de atractiva forma y contenido. En el idioma inglés he encontrado palabras con
un especial sonido, entre ellas “dove” y
” love” (paloma y amor) que al mismo tiempo son hermosas por su significado,
por lo que representan. En español la palabra “tapiz”, para mencionar un
ejemplo, tiene un sonido que encuentro
sumamente musical y sugerente, y que además se asocia con un objeto entrañable
del hogar, o con alguna valiosa pieza digna de ser exhibida en un museo. De nuevo un vocablo que encierra belleza
palpable y también emotiva. Y lo curioso de todo esto es que, sin ni
siquiera pronunciar la Z como mis antepasados, me las he arreglado, por la
gracia divina, para presentar dos ejemplos, (incluyendo la motivadora “luz”),
de palabras que pronunciadas en castellano tienen un vuelo mayor. Pero con
los pies en la tierra, y las manos en los sentimientos, hago mi homenaje con
orgullo, a través de este divertimento y desde mi cubano español.
Gracias, querida Aymara, un beso muy grande.
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ReplyDeleteEMOCIONANTE SRA. AYMARA, GRACIAS. LZ
Honor que me haces, querida Zoé. Disfruta tus actividades en Miami.
ReplyDeleteMuy agradecida por su comentario, Laura.