El paisaje desde aquí: Mala Fe.
Por Aymara
Lorente
Todos sabemos que Miami está inundado de vendidos Castro-comunistas,
y sinceramente duele muchísimo. Que esa
gentuza sin escrúpulos se pasee, presente exposiciones, y ofrezca lecturas o conciertos,
mientras se declare abiertamente adoradora de los Castros; o que, en el mejor
de los casos, evite hablar de política, de la situación terrible en que se encuentra
nuestra nación, saca de sus casillas hasta al más flemático. Además de los otros que, en oleadas, vienen de
visita para coger un respiro de su vida en la isla, muchos de los cuales también
callan y no se expresan para garantizar el regreso, el dinerito y las pesadas maletas
llenas de goodies. Y tardamos en darnos cuenta que ninguno de ellos quiere sacrificarse,
enfrentar el exilio como nosotros lo hicimos para comenzar de cero, trabajando
duro, con dignidad. Prefieren vivir una existencia denigrante allá, y recibir una ayudita, y viajar y vacacionar con dinero
de otros. Además, no olvidemos que cuando
regresan de aquí, o de cualquier otro lugar del mundo, y mientras les duren los
olores del desarrollo, estos tuertos se sienten reyes en aquella tierra de
ciegos. Pero eso es lo que hay, y es lo
que viene; so, get ready, and brace for the worst. Porque como en Cuba no hay posibilidades de
vivir estable y decentemente, ni de hacer dinero con la música ni con nada, a
90 millas encontraron un cercano paraíso, para su escape y alivio. Un lugar que había sido embellecido por la contribución
de generaciones de cubanos a quienes les sobraba el valor y la decencia para
trabajar y sacar adelante a su familia, aportando al desarrollo y
engrandecimiento de los Estados Unidos. Así
convirtieron a Miami en un lugar mucho más deseable que lo que ellos
encontraron.
Acabo de leer
declaraciones de los miembros del dúo musical Buena Fe, hechas en diferentes
momentos, y son realmente bochornosas. Ellos
que siempre han pretendido envolverse en un aura de críticas a la sociedad
cubana, esta vez se desenmascaran, y sin tapujos se atreven a despreciar las
ideas de dignidad y mano dura que aun sostenemos algunos cubanos contra el régimen
de La Habana. Hay que ver como se
desbocan a hablar claramente de lo que hay que hacer para ir cambiando la
mentalidad de los cubanos-americanos, y así tener ellos, por supuesto, un acceso más abierto a la
tierra prometida mas cercana. Es tan absurdo
y ridículo el hecho de que muchas de estas personas que viven en la isla, y ni
siquiera tienen el derecho a hablar libremente en su país, mucho menos a votar
o afiliarse a ningún movimiento o partido independiente sin ser inmediatamente
reprimidos, vienen a Los Estados Unidos de América a hablar de sus derechos y
del proceso de votación de aqui, y de cómo virarlo a su favor; simplemente
Kafkiano, (sin ánimo de ofender al gran escritor). Lo triste es que esa solución que sugieren ya
está en camino, en ejecución, porque mientras
más de ellos se asienten aquí, más rápidamente el voto irá cambiando, y
directamente se inclinará a apoyar la mano floja hacia el régimen de la Habana
para que los tiranos y su descendencia sigan gozando en la abundancia, mientras
la gran mayoría ignorante y avasallada lo sea cada día más. Todos estos personajes-viajeros son
instrumentos del mal, y prolongadores del martirio de su propio pueblo. La mayoría de los que vienen de la isla describen
a los disidentes, que pacíficamente luchan allá, como gentes sin principios y
de baja clase; cosa que a mí me parece más bien una definición de ellos
mismos. En las declaraciones que
menciono del dúo Buena Fe, y en lo que está sucediendo en Miami, vemos lo que plasmó
hace poco en un artículo de opinión en ElNuevoHerald.com el periodista
Alejandro Ríos, cuyo título ya lo decía todo: Visa y dinero. Como desde hace un tiempo tienen acceso a los
dos porque este propio país y los incautos norteamericanos, y los menos
ingenuos con visión izquierdista, se los conceden, auspiciado todo con las
contribuciones de los que aquí trabajamos, ese sueño diabólico se está haciendo
realidad. El periodista Alejandro Ríos
describe con sugerentes detalles lo que esta germinando en Miami. Pues eso es lo que hay, y Buena Fe, y a todo
el que se le antoje, vendrá, cantará Felicidades al tirano (como se cuenta hizo
recientemente ese dúo en un teatro de
Miramar en Miami), y a los que tenemos vergüenza y memoria no nos quedará otro recurso que, bajo protesta,
seguirlo contemplando.
Lo que más me llama la atención es que aunque esa tiranía
nunca logró los sueños de convertir a Cuba en aquella “potencia” de todo tipo
de especialidad, desde deportiva, hasta médica, pasando por biotecnológica, y vacuna
(de vaca, por supuesto); un verdadero collage de iniciativas locas que trató tantas veces de
echar a andar el megalómano principal del clan Castro, pero sin embargo si han tenido un gran éxito en fabricar nuevas
generaciones de seres totalmente interesados e inescrupulosos que, en mayor o
menor grado, ahora rinden pleitesía a los miembros de esa familia, o a las instituciones ideológicas y culturales que los representan. Toda esa casta, que en las últimas décadas cuenta
además con la complicidad, apoyo y bendición de la jerarquía de la iglesia Católica
cubana, desde que llegó al poder solo ha sabido sojuzgar, y destruir la
estructura económica, social y cultural de la isla. Para subsistir, como es de esperar, la cúpula ha
tenido que depender de otras naciones; así se ha sostenido boyante en su trono,
manteniendo a los demás bajo un estricto y vejaminoso control a través de la miseria espiritual y
material. Hoy se puede afirmar, con toda
propiedad, que Cuba, en un enorme y abrumador por ciento, es un país de jineteros,
vagos y adoradores de sus victimarios. Y
eso es lo que está alcanzando estas orillas, y lo que seguirá llegando.
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